Swingers ,Parejas Liberales ,Poliamor.
Hay cosas que nuestra mente aún conservadora todavía no está en condiciones de entender, de aceptar, y mucho menos de poner en práctica. Es cierto que cada persona encuentra la manera de vivir sus relaciones que mejor le funciona, pero definitivamente debemos hacer un esfuerzo por no discriminar a quienes piensan diferente, más allá de que no elijamos el mismo camino. Por eso es que pensé en explicar y diferenciar a tres tendencias que no son de ahora, pero que están en la palestra de la exposición pública: las parejas swingers, las liberares y las poliamorosas.
Los swingers –tema que ya traté en un post- son parejas que eligen abrir su sexualidad a otras parejas, practicando un intercambio sexual que es absolutamente consensuado y casi siempre a la vista de sus participantes. La pareja elige con quienes van a estar, qué van a hacer, los cuidados que tomarán y ciertos códigos para manejar situaciones particulares que pudieran darse en la práctica.
Las parejas liberales abren completamente su sexualidad, es decir que ambos hacen por fuera lo que desean, sin necesidad de avisar ni compartir con el otro, como si no estuvieran en pareja. A diferencia de los swingers, que tienen mayor control de la situación, el principal límite que acuerdan es el de no tener una relación afectiva con terceros, sino solo sexual.
Las relaciones de poliamor, quizás las más controvertidas y difíciles de explicar, se refieren a amores compartidos, que coexisten en tiempo y -en general- en espacio. Pensemos por ejemplo en una mujer que convive con dos hombres. Los dos son pareja de ella, y se establecen pautas que contienen todos los aspectos necesarios para que no haya dificultades: cuál es el momento de cada uno, las salidas, las relaciones sexuales, el manejo de la economía, el tiempo libre. Ella ama a los dos hombres, quizás de diferente manera, con distintas expectativas y necesidades cubiertas, rompiendo el paradigma de que el amor de pareja es exclusivo y con posesión.
En todos los casos anteriores hay acuerdos claros entre personas adultas, y siempre que las conductas sigan esas pautas establecidas no existe infidelidad.
Eso sí, y aunque parezca descabellado, el hecho de tener una sexualidad fuera de esos parámetros sí es infidelidad para ellos, y podría ser motivo de conflictos tal como en una pareja más tradicional. Definitivamente el mundo está lleno de posibilidades, más allá de lo que somos capaces de ver.
FUENTE :discoverymujer.com
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