Leandra Lynch acababa de terminar la residencia médica en el hospital de Woodland Hills, California. Como era miembro del equipo de residencia con menor tiempo no podía escoger turno, por lo que le correspondió trabajar en emergencia la noche del 24 de Diciembre de 1980.
A las 9 en punto de la noche llegó la ambulancia con un hombre de unos 65 años, pálido y muy asustado, quién había sufrido un infarto. Leandra le atendió con mucho amor y cuidado y al día siguiente cuando ella termino la guardia lo encontró dormido pero ya restablecido.
Al año siguiente le correspondió a Leandra nuevamente la guardia el 24 de Diciembre.
A las 9 de la noche le informaron que una pareja deseaba verla.
Cuando ella salió el Señor le dijo: ” Soy el señor Lee, el año pasado a esta hora usted me salvó la vida y vine a decirle gracias por el año que me regaló”. Su esposa y él abrazaron a Leandra y le dio un regalo. Leandra quedó muy conmovida.
El año siguiente cumpliendo guardia nuevamente el Señor Lee llegó a las 9 de la noche esta vez con un niño de brazos. Quería mostrarle su nieto y agradecerle otro año de vida.
Durante 13 años el Señor Lee y su esposa visitaron religiosamente a Leandra a las 9 de la noche de cada 24 de Diciembre, solo para decir :
“Gracias”.
La última navidad que la visitó le regaló una campana de cristal grabada con la palabra AMISTAD.
El Señor Lee murió después de trece visitas navideñas al hospital, pero aun hoy Leandra, su familia y sus amigos tocan la campana de cristal que él le regalo a las 9 de la noche de cada 24 de Diciembre y brindan por el hombre que jamás olvido volver.
Agradecimiento es una palabra que muchos olvidan pero que el acto mismo encierra un milagro.
Nunca olvidemos ser agradecidos.
2 Corintios 9:11 Para que estéis enriquecidos en todo para toda bondad, la cual obra por nosotros en acción de gracias á Dios.
Entonces uno de ellos, como vio que estaba limpio, volvió, glorificando á Dios á gran voz; y cayendo sobre el rostro á sus pies, le dio gracias: y éste era Samaritano.
Luc 17:15,16
Luc 17:15,16
Romanos 1:21 Porque habiendo conocido á Dios, no le glorificaron como á Dios, ni dieron gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, y el necio corazón de ellos fue entenebrecido.
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