“Lo que veía a través de esas ventanas no era simplemente un paisaje. Era mucho más que eso: el futuro que un día podría ser suyo.
’Podría. El hecho de sentarse a pensar y a soñar lo dejaba boquiabierto, especialmente cuando las dudas invadían su mente. Pero de todas formas la idea de llegar más allá cruzaba las fronteras de su imaginación y por momentos lograba palpar aquello tan deseado.
“Es así como llegó. Es así como se fue. Mirando hacia el frente pero recordando su pasado. Aprendiendo de antiguas lecciones, pero atesorando los mejores sentimientos en su corazón. Vislumbró, se esforzó, lloró… ¡pero finalmente lo logró! ¡Vivió! Y eso, en un mundo hambriento de sentido y realización, es mucho decir”.
Palabras más, palabras menos, así es como deseo que se me recuerde el día en que mis días lleguen a su fin. No espero irme pronto, ni tampoco sé cuándo será el momento. Pero mi ruego diario incluye un reclamo íntimo y sincero: llegar.
Les escribo estas palabras porque hoy (más que ayer) soy consciente del hecho que muy pocas personas encuentran un propósito por el cual vivir. Y eso no es broma. Eso es muy preocupante.
Dos años atrás me conmovió la muerte de un famoso periodista argentino. ¿Suicidio? ¿Homicidio culposo? ¿Accidente? Las distintas hipótesis implicaron trabajo para los investigadores y “ratina” para ciertos medios del espectáculo. Pero un joven de 33 años está muerto. Sin palabras. Sin más posibilidades.
Jesucristo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre. Si ustedes me conocen a mí, también conocerán a mi Padre. Y desde ahora lo conocen, porque lo están viendo” (San Juan 14.6 – BLA).
Me llama la atención cómo lo expresó cierto pensador cuando dijo: “Si no tienes un plan de vida, nunca tendrás orden”. ¿Y usted? ¿Cuál es su “plan”? ¿Hacia dónde dirige todos sus esfuerzos? ¿Qué espera lograr con su vida? ¿A dónde quiere llegar?
Cristian Franco
No se puede vivir la vida plena sin un propósito. Dios tiene ese propósito clarificado para ti. Búscalo y lo encontrarás.
Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación. Salmo 91:16.
El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias. Salmo 103.4.
Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán. Proverbios 3:2.
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