- Quiero un mensaje que ayude a mis herederos y a los herederos de mis herederos . Debe ser corto, de 2 o 3 palabras .
Sabios, eruditos, fueron convocados para encontrar el mensaje. Pero todos fracasaron. Nadie encontró lo que el rey quería.
También el rey consultó a un anciano sirviente al que amaba y respetaba mucho, porque lo había cuidado cuando murió su madre.
- No soy sabio, ni erudito, ni académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, he conocido toda clase de gente, y en una ocasión encontré a un misionero. Era invitado de tu padre, y estuve a su servicio. Cuando se iba, y como gesto de agradecimiento, me dió este mensaje. Lo escribió en un papel, lo dobló y se lo dió al rey.
- Pero no lo leas, ponlo escondido en el anillo y ábrelo solamente cuando todo haya fracasado, y no encuentres salida a la situación.
Y .. ese momento no tardó en llegar. El país fué invadido y el rey perdió su reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar su vida, seguido de cerca por sus enemigos. Estaba solo, el camino terminaba en un precipicio y un profundo valle. Tirarse a él sería su fin. De repente se acuerda del anillo. Lo abrió y sacó el papel con un pequeño y tremendo mensaje : " Esto también pasará ". Mientras leía , sintió que un gran silencio se cernía
El día de su victoriosa entrada a la ciudad, hicieron gran fiesta con banquetes, música, bailes...estaba muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro triunfante, y le dijo.
- Este momento también es adecuado para leer el mensaje.
- ¿ Que quieres decir? - preguntó el rey. Ahora estoy victorioso , el pueblo celebra mi vuelta, no estoy desesperado.
- Escucha- dijo el anciano. Este mensaje no es solo para momentos desesperados, también lo es para situaciones placenteras. El rey obedeció y leyó el mensaje . " Esto también pasará " . Nuevamente el gran silencio lo cubrió en medio de la muchedumbre que celebraba, porque su orgullo y el ego, habían desaparecido y sintió paz.
Recién el Rey pudo terminar de comprender el mensaje.
Recordemos que todo pasa, ninguna cosa, ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Cuando estemos en alegría, disfrutémosla intensamente, porque sabemos que pasará, más rápidamente de lo que deseamos.
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