Aunque tendemos a pensar que eso que llamamos mentira piadosa no daña a nadie sino que ayuda a los demás (y a nosotros) a sentirse mejor, el neurocientífico Sam Harris, autor del libro “Lying”, no opina lo mismo.
Harris añade que, a menudo, las pequeñas mentiras piadosas dan lugar a mentiras mayores: “Enseguida te estás comportando igual que la mayoría de la gente hace sin apenas esfuerzo: enmascarando la verdad o incluso mintiendo directamente, sin pensar en ello. El precio es demasiado alto.” De hecho, una investigación mostró que la gente miente más cuando tiene menos tiempo para pensar, lo que significa que mucha gente miente de manea espontánea porque es lo más fácil.
Sin embargo, según las investigaciones, cualquier tipo de mentira, incluyendo las mentiras piadosas, está asociada con relaciones de peor calidad.
Harris aconseja que ese preferible pensar en un modo de decir la verdad con tacto. El problema es que en muchos casos es más fácil y rápido mentir que ponerse a buscar el modo apropiado de decir la verdad. Por tanto, no es extraño que las personas que recurren con facilidad a las pequeñas mentiras tengan relaciones de peor calidad, puesto que, posiblemente, estén menos dispuestas a molestarse por la otra persona. ¿Estás de acuerdo? .
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